Granny Smith
Gracias a su color verde brillante es una de las manzanas más fácilmente identificables. Su piel es fina y su carne blanca, muy jugosa, de textura firme y muy crujiente, con buena cantidad de
zumo. Su sabor es ligeramente ácido, lo que la hace especialmente adecuada para cocinar dulces enriquecidos con azúcar, mantequilla y especias. Suele ser la variedad más usada en
la repostería anglosajona, sobre todo como relleno de los tradicionales pasteles. Es originaria de Australia y destaca por aguantar mucho tiempo después de cosechada.