Hidratos de carbono: siempre se sitúa a los cereales como fuente de hidratos de carbono complejos, olvidando siempre su buen aporte protéico.
Contienen alrededor de un 75% de almidón, polisacárido formado por glucosa. La absorción del almidónes lenta y gradual, por lo cual los cereales aportan energía
al organismo durante un largo período de tiempo.
Proteínas:los cereales contienen entre 8% a 12% de proteínas. El gluten es la proteína que contiene la mayoría de los cereales. El gluten, no
puede ser digerido por ciertas personas, los celíacos, ya que les ocasionaría un grave daño intestinal. Así mismo en los recién nacidos, dada la inmadurez de su intestino,
deben comer hasta los 9 meses de edad cereales sin gluten.
Grasas: los granos enteros de cereales contienen aproximadamente un 2% de grasa, pero la avena por ejemplo contiene un 7%. La grasa de los cereales
está compuesta por ácidos grasos poli y monoinsaturados.
Estos ácidos grasos resultan muy beneficiosos para mantener en buen estado nuestro sistema cardiovascular.
Vitaminas:las vitaminas del complejo B, como la vitamina B1, vitamina B2 y vitamina B12, junto con el ácido fólico, son las más abundantes en
los cereales. Las mismas son indispensables para el correcto desarrollo y funcionamiento del sistema nervioso. Por su parte, la vitamina Ese encuentra en altas dosis
en el germen de los granos de cereal. Cuando los cereales son sometidos al proceso de refinamiento la pérdida de estas vitaminas es notoria.
Minerales:los cereales nos aportan principalmente fósforo, zinc, silicio y hierro. El aporte en calcio y sodioes muy reducido.
Fibra: la fibra de los cereales es principalmente la celulosa, que se encuentra en la capa externa de los granos. Vale aclarar que los cereales
integrales son quienes aportan la mayor cantidad de fibra, puesto que cuando son refinados pierden la mayor parte de la misma.